«El cuento que nos susurramos es sólo el prólogo de la leyenda que ya somos».
Kai nos invita a poner especial atención en la observadora que enlaza de los sucesos desconectados de nuestra historia.
¿Cómo practicamos esta lectura?, ¿Por dónde iniciamos?, ¿Qué vamos a necesitar?. Les dejamos algunas anotaciones para que puedan sentirlas:
Cuando ponemos en palabras estamos trayendo a la consciencia y materializando nuestros estados de ánimo en el plano material. Esta presencia nos posibilita expresarnos y tener una mayor claridad en la lectura de la historia que nos susurramos todos los días.
El secreto está en soltar la lectura de una misma. Esta experiencia nos encuentra en la pausa en solitario, cara a cara y sin distracciones. Los capítulos pueden variar según cada escritora, pero el camino que transitaremos es muy similar al siguiente mapa personal:
Los mandatos se repiten y automatizan en nuestro cuerpo: reproducir sin entender es repetir sin sentir. Si no siento no soy, y si no soy, ¿en dónde estoy?.
Llegamos al punto en el que no sabemos por donde empezar y así, posponemos la creación de la leyenda. Hoy somos capaces recuperar ese poder tan preciado: la sensación de identidad. Ese sentir que nos descubre inspiradas al decidir por nosotras mimas; y aunque el miedo esté presente, estas elecciones nos acercan más a nuestra creatividad.
Estamos acostumbrados a un mundo donde la pausa y la espera no se presencian. Necesitamos sentirnos para que las emociones y las sensaciones se procesen y se asienten; de lo contrario, nos exiliamos a existir en la superficialidad de las reacciones.
El comienzo de esta lectura nos permite experimentar la determinación que supera vitalmente la falsa sensación de bienestar y comodidad en la que vivimos. El nuevo estado de libertad no se descubre al «estar bien», sino que se revela cuando una es fiel a la leyenda que nos presencia.
Y, ¿Cómo «darnos cuenta» del estado actual de nuestra lectura?, ¿Cómo sabemos si reaccionamos o respondemos a lo que nos pasa?:
«Nuestra propia lectura es el índice de la sensación de identidad que nos inspira a crear».
La lectura con presencia se experimenta cuando dejamos de huir de los mensajes que no podemos poner en palabras.
Y con esta oración te desafío y te invito a que pasemos a la acción: